Puede darse el caso de que se produzca una tormenta de nieve con rayos, pero no es lo más común. Suelen acontecer, con mayor frecuencia, al final del invierno o al inicio de la primavera. Esto es debido a la existencia de marcados gradientes de temperatura y fuertes vientos en la alta atmósfera.

Para poder entender porque ocurre esto, vamos a detallar los factores necesarios para que se produzca una descarga eléctrica.

HUMEDAD

Durante los meses de verano, el aire húmedo y caliente abarrota la troposfera. Sobre esta, el aire es más frío y posee una gran cantidad de cristales de hielo. Cuando el aire caliente asciende, el vapor del agua se condensa en gotas de agua. Al friccionar estas gotas de agua con los cristales de las capas superiores, aparece un campo eléctrico en la nube.

Las cargas positivas se van amontonando sobre la nube y las negativas en la zona inferior de esta. Cuando la diferencia entre ambas cargas es significativa se produce el relámpago.

En invierno el aire no contiene mucha humedad, y es la falta de esta la que hace que no se produzcan tormentas eléctricas.

INESTABILIDAD

La inestabilidad aparece cuando el aire caliente de la superficie de la Tierra asciende debido a la convección. En verano, por ejemplo, ocurre esto cuando hace mucho sol y el suelo está tan caliente que calienta el aire que está en el ambiente.

Conforme el aire caliente asciende, desciende aire frío. Cuando las corrientes de aire ascendente arriban a la zona superior de la troposfera, el aire se enfría y se condensa.

En invierno hay menos cantidad de luz solar y el ambiente es más frío, lo que hace que el terreno se caliente menos, haya menos convección y disminuyan las posibilidades de que se produzca una tormenta.

MECANISMOS DE DISPARO

Existen numerosos mecanismos de disparo: un frente, una borrasca, una depresión aislada en niveles altos (DANA), un relieve orográfico…